El cambio es imparable



Para quien no lo sepa, Fanzkenstäin es más que un fanzine, es una creación constante de actividades en pro de la salud mental en primera persona. Además de las publicaciones, en estos tres años, hemos creado Grupos de Apoyo Mutuo (GAM), grupos virtuales y la parte más importante y con la que hemos acercado más al público nuestra filosofía, las jornadas de sensibilización humana EN MI PIEL


Estas nacieron, hace ahora un año, para poder presentar la guía de salud mental para el entorno de la persona en crisis “Saldremos de esta”. Un libro que humaniza las mal llamadas “enfermedades mentales” de las que nadie estamos a salvo, pues no es solo cosa de genes, como se afirmara otrora, si no un conjunto de situaciones que hace que una persona explote de una manera u otra: bullying, abusos en la infancia, violencia de género, trabajo inestable, paro, pobreza, desahucios y mil situaciones, tristemente, cada vez más actuales. 

Stand en el Benicarló Reggae For Freedom 2016


Con esta pequeña gran publicación, dimos el pistoletazo de salida, gracias a la connivencia de la librería Raquel Papers, que nos ha prestado su espacio y su tiempo durante las seis jornadas que han ocupado esta temporada. Seis jornadas en las que hemos intentado traer a Benicarló, temas importantes e interesantes como la técnica Alexander, la programación neurolingüística, los grupos de consumo responsable o el trastorno límite de personalidad, las intolerancias alimentarias y la recuperación del alcoholismo, entre otros. Seis jornadas en las que se ha dado voz a tantas personas locales, como foráneas y que han culminado en la fiesta que nos dio voz a nosotros por primera vez, “Benicarló Reggae For Freedom”.


En esta fiesta por la paz, hermana pequeña del “Rototom Sunsplash”, tuvimos la oportunidad de conocer y escuchar a Miguel Bustión, uno de los mayores activistas de salud mental en primera persona (y encima, él siempre se ruboriza al escuchar esto), un superviviente de la psiquiatría que como los grandes orates de la historia, dedica veinticinco horas de sus días a los demás y no se amilana por gigante y poderoso que sea el enemigo.

Su charla fue clara y concisa, ante un público embobado con su sola presencia. Y aunque él luego diga que no dio pie con bola, dio un pequeño repaso a la historia de la psiquiatría general y la española en particular (un gran psy, se mordió la lengua y abandonó el lugar). Hizo que la gente entendiera la realidad de lo que vive una persona tras un diagnóstico, tras un ingreso o soportando el estigma que acarrea. Habló de la importancia de un GAM, herramienta básica de comunicación entre iguales. De cómo fue de importante en España, el 7º “Congreso Mundial de Escuchadores de Voces”, que nos adentró en un mundo, hasta ahora vetado al vulgo. De la versión patria del “The Icarus Project” del estadounidense Sascha Altman, en la “Red Icaria” que aglutina a los colectivos nacionales que toman las riendas de sus propias vidas. De la crítica página en Facebook “Otra Esquizofrenia Es Posible”, cabecera absoluta cuando se trata de denunciar abusos de los de arriba. Al fin y al cabo, habló de toda la historia de la psiquiatría, a la que llaman biologicista, hasta la llegada de la antipsiquiatría y de l@s expert@s por experiencia propia, l@s supervivientes, l@s únic@s que su palabra debería ser ley en estos menesteres.

Fotografía de Ana Agraz


También fue bonito, ver como un grupo de usuari@s de un “Centro de Integración Social”, de esos que enseñan la importancia de modelar con plastilina (a l@s que había invitado personalmente), se pasaron la hora de espaldas, admirando no sé qué otra actividad que había cerca.


Personalmente, fueron varios, los días que disfruté junto a esta gran persona y sería incapaz de relatar, ni en diez páginas, toda su sabiduría, todo su empeño de “tratar a las personas como personas” (filosofía de Fanzkenstäin, por cierto), toda la complejidad de este colectivo que lucha, entre otros, contra el poderoso Don Dinero. Pero como muestra, la primera tarde le comenté una idea que, claro, él ya llevaba en mente, transformó durante la noche y cuando me desperté, ya era una realidad: el proyecto “Raigambre”.

Fotografía de Ana Agraz


Tengo el gran placer de luchar en alguna trinchera junto a Miguel y continuando con las comparaciones bélicas, antes de cargar mi arma, él ha disparado ya siete veces. Es un trabajador incansable. En serio, no sé de dónde saca las fuerzas, ni toda esa erudición que le convierte en blanco fácil en las redes sociales, donde a veces, secuaces de las farmacéuticas intentan doblarle las rodillas y ni por esas. 



Y ya paro, porque él se estará poniendo rojo al leer esto y tú que lo estás leyendo, querrás un Miguel Bustión cerca y Miguel Bustión solo hay uno, pero ¡ay si hubiera más! Los ladridos sonarían lastimeros, mientras cabalgamos hacia el próximo horizonte. 



*Texto dedicado a Eva Fanzenstäin, otra luchadora incansable.

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